Día 188:

 

Karvys - Paliepiai

Geluidsbestand

Salimos sobre las nueve y otra vez rumbo al Museo Etnológico de Lituania en Rumsiskes. Ya lo habíamos visto con tito Javi, pero ahora tocaba con tito Joan. Yo pensé: "Bueno, ya me lo sé, paseo rápido y a otra cosa”. ¡Ja! Resulta que cuando un museo está casi vacío y el cielo está gris, se convierte en una experiencia completamente distinta.

El domingo pasado aquello estaba lleno de humanos haciendo fotos y diciendo "qué bonito", pero hoy, jueves, apenas había nadie. Algunas casas estaban cerradas, lo que me hizo sospechar que tal vez las usaban de escondite para un tesoro perruno… o al menos un buen bocadillo olvidado. Caminamos durante horas viendo lo mismo de la otra vez, pero también algunas cosas nuevas, como una mansión en un rincón del parque. Papi Edu y tito Joan estaban en modo explorador, y yo en modo “¿esto cuándo se acaba?”.

Y sí, las manzanas gratis seguían allí. Para los humanos es un gran descubrimiento, pero a mí me dan lo mismo. Si al menos fueran salchichas…

Después de más de cuatro horas de turismo cultural, volvimos al coche y nos fuimos a una plaza en Rumsiskes con varias iglesias de madera. Allí hicimos una pausa larga (aunque demasiado corta para mi gusto), y aproveché para tumbarme y reflexionar sobre la vida… y sobre lo bien que me venía esta siesta.

A las seis y pico arrancamos de nuevo. Casi dos horas conduciendo, 100 kilómetros más y, como siempre, acabamos en un aparcamiento junto a un lago. Pero hoy papi Edu no se bañó. No porque no quisiera, sino porque ya era de noche cuando llegamos. Y aunque es valiente, tampoco es un pingüino.

Ahora toca descansar, que mañana seguro que hay más aventuras. ¡Espero que no impliquen más museos!

Añadir nuevo comentario

CAPTCHA
Resuelva este simple problema matemático y escriba la solución; por ejemplo: Para 1+3, escriba 4.