Tito Joan necesita a Papi Edu en Barcelona… y a mí me toca quedarme en Edimburgo con un humano nuevo llamado Fabi. No es mi familia, pero al menos tiene sofá y cara de buena gente
aparcamiento (rural) 🅿️🌲
Descubrimos el Highland Folk Museum y acabamos el día durmiendo entre los pinos junto al Loch Garten. Un lugar tranquilo, aunque el lago escondía un cartel que nos quitó las ganas de chapuzón...
Nos alejamos de Edimburgo cruzando el Queensferry Crossing, subimos por las Highlands entre valles, presas y lagos, dimos muchas vueltas por culpa de la cobertura móvil y acabamos durmiendo junto a una presa.
Paseamos por una Edimburgo preciosa pero abarrotada de turistas y coches. Descubrimos callejones mágicos, lluvia cada cinco minutos… y un McMenú observado por un perro con hambre.
Nevera vacía, tráfico eterno y un pueblo más gris que bonito… pero acabamos el día jugando en un parque enorme con césped de lujo. ¡Y la barriga llena!
Nos quedamos otro día en la costa frente a Cramond. Jugué con la pelota, me metí hasta el lomo en el agua y conocimos a una pareja siciliana que solo hablaba con las manos. ¡Todo bien!
Hoy despedimos a Tito Joan, hicimos un simpa del parking del aeropuerto y terminamos el día caminando sobre el mar hacia la isla de Cramond. Ah, y también me mojé las patas.
Quise cruzar el río para seguir a Papi Edu, pero casi me lleva la corriente. Visitamos la catarata Steall, el viaducto de Glenfinnan y preparamos la despedida de Tito Joan.
Un día sin castillos ni piedras mágicas, pero con barro, lavadoras, ruidos raros… ¡y una sorpresa en el aeropuerto que me hizo saltar de alegría con las patas al aire!
Hoy casi nos vamos al agua… ¡pero con ruedas! Visitamos la noria de barcos más loca de Escocia, los caballos gigantes de metal y aprendimos que si lees ‘MO7S’ en el suelo, ¡vas por el carril equivocado!
Me quedé hipnotizado viendo veleros subir por una escalera de agua, visité un coliseo sin leones y descubrí que Drácula también construía iglesias. Dormimos sin vistas, pero sin miches.
Entre un castillo donde jugué a ser Sir Chuly y un valle con río resbaladizo, lo pasamos de lujo... hasta que decidí que la subida no era para mí. Menos mal que el ferry no se escapó.