Os cuento de nuestra visita a Efesos, una de las atracciones más importantes de Turquía. Aunque yo me perdí la diversión.
Pasamos la noche con el "concierto nocturno" de los perros callejeros, ¡y vaya que tenían talento! Había cuatro de ellos cerca, incluyendo al que protagonizó la noche pasada con su elección gastronómica dudosa. Aún así logramos dormir bastante bien, y mucho.
Mi papi, como siempre, se levantó con el primer rayo de sol, mientras que tito Javi y yo decidimos hacer una huelga de orejas caídas y ronquidos hasta casi las 10 de la mañana. ¡Somos perros con estilo!
Después de un tranquilo desayuno nos subimos al coche y en un abrir y cerrar de ojos ¡estábamos en Efesos! Para quienes no lo sepan, Efesos es como el parque de diversiones de los arqueólogos, lleno de ruinas antiguas que a algunos humanos les emocionan más que una bolsa de croquetas. Pero a mí no me emocionaba mucho la idea de más piedras viejas, así que decidí tomar un día de spa canino en la cámper.
Mi papi y mi títo en cambio se aventuraron en el recinto. Me contaron que vieron cosas impresionantes, como un teatro antiguo donde los perros antiguos seguro tenían palcos VIP, y la famosa Biblioteca de Celso, que seguramente tenía libros sobre huesos muy raros. Pero aquí viene el golpe de efecto: las entradas para este lugar eran más caras que una bolsa de premios, ¡700 liras por persona, unos 25 euros! Yo pensaba que podríamos haber gastado ese dinero en juguetes nuevos, pero bueno, cada uno tiene su obsesión.
Después de la visita comimos en la cámper en el aparcamiento de Efesos. Luego una merecida siesta, porque ser turista de cuatro patas es agotador, ¿sabéis?
A las 6 de la tarde salimos en coche nuevamente, esta vez hacia el este. Conducir de noche es como una película de misterio para mí, pero casi a las 8 llegamos al sitio donde vamosa pasar la noche. No puedo decir que es un lugar bonito, más bien es un aparcamiento detrás de una gasolinera en Atça. Pero es sorprendentemente tranquilo y adecuado para dormir. A veces la belleza está en los olores y no en las vistas, ¿verdad?
Añadir nuevo comentario