La magia de los senderos 🐾 en Capadocia 🇹🇷 Turquía
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Ha sido un día fenomenal en Capadocia, lleno de aventuras y tambien algún susto.
Habíamos pasado la tercera noche en Capadocia, y al despertar por la mañana lo primero que vimos fueron los cientos de globos flotando por los valles. ¡Imaginad ver eso todos los días!
Después de un desayuno que, para ser sincero, era tan emocionante como una pelota vieja, nos subimos al coche y nos dirigimos al inicio de un sendero. Tito Javi, ese experto en relajación, se quedó cuidando la cámper. Mi papi y yo nos aventuramos en el sendero que prometía ser de 2 a 3 horas de diversión canina y paisajes impresionantes. Y creedme, no nos decepcionó. Cruzamos valles y cañones, ¡hasta pasamos por túneles! Por cierto, esos túneles me hicieron sentir como un auténtico explorador. Pero lo más curioso de este lugar son las casas cuevas abandonadas. Resulta que en Capadocia mucha gente vivía en estas casas talladas en las rocas. Pero ahora están desiertas, como un parque de diversiones abandonado para perritos curiosos como yo.
Después de un buen rato explorando, volvimos a la cámper, donde Tito Javi nos esperaba. La hora del almuerzo se acercaba, y decidimos montar la terraza al lado de la cámper para disfrutar de las vistas. Cerca de nosotros había una casa de campo donde vive un hombre con su perro. Pero entonces, la historia se volvió un poco... tensa.
Resulta que la policía, ¡sí, la policía! (3 jóvenes agentes) llegó para hablar con el hombre. Pero el perro de la casa no estaba muy contento con la visita y comenzó a ladrar. Un agente sacó su pistola y disparó dos veces al aire para asustar al perro. ¡Guau! Eso nos dio un susto de muerte. Por suerte todo se calmó y pudimos seguir disfrutando de nuestro almuerzo y momentos de relax.
Este sitio donde pasamos el día es simplemente espectacular, con vistas que hacen que mi cola no para de moverse de emoción. Así que sin pensarlo mucho decidimos quedarnos aquí para pasar la noche. ¿Quién necesita un hotel cuando tienes una cámper con vistas como éstas? Ahora nos preparamos para una noche bajo las estrellas. ¡Hasta la próxima, y no olvidéis ladrar si alguien se acerca a vuestra cámper! ¡Guau!
Bonito, bonito.