Dejamos Escandinavia cruzando el Báltico en barco, con vistas espectaculares. En Tallinn exploramos dos monumentos opuestos: uno solemne y otro soviético, decadente y abandonado. Y por la noche... mi títo Javi se une a la manada.
Finlandia 🇫🇮
Tito Joan cogió un avión y nos dejó en Helsinki. Yo me quedé con papi Edu, buscando lavadoras, parques tranquilos y un buen sitio para dormir. Spoiler: acabamos con vistas a la marina y sin jaleo.
Hoy tocó Helsinki sin tormenta: paseíto por el centro, catedral blanca como mi pechito, comilona en terraza (¡con chuches para mí!) y noche tranquila junto al mar.
Tampere nos sorprendió con edificios chulos y fiesta tradicional. En Hämeenlinna descubrimos un castillo imponente y reliquias militares al aire libre.
Hoy me subí a las letras gigantes de Vaasa, olí fábricas junto al mar y vi a papi cruzar un lago a nado como si fuera un salmón. Más de 300 km después, dormimos junto al agua rodeados de árboles. Día completo.
Desde Skata hasta Vöra, pasando por fábricas, iglesias de madera y coches llenos de huevos. Todo bajo la lluvia. Finlandia, tú sí que sabes cómo sorprender a un perro.
Oulu nos sorprendió con su mezcla de historia, parques y juegos raros. Paseamos por la ciudad, hicimos selfies con el poli gordo y descubrimos el mölkky, ¡un juego de puntería con palos!
Deportistas de invierno sin nieve, renos en libertad pero con collar y lagos con agua calentita. Hoy tocó coronar el norte y empezar a volver. ¡Rumbo al sur, sin renunciar al baño!
Renos en la carretera, silencio entre piedras y fantasmas vestidos de colores. Un día largo en coche con historia, arte macabro y siestas junto al lago. Finlandia nos remueve por dentro.
Día de vistas espectaculares en Koli, escaleras, caminos, torres y un buen paseo. Luego más de 150 km hasta dormir en un muelle solitario junto al lago Pääjärvi.
Kuopio no es lo más flipante del mundo, pero nos gustó. Hubo paseo, pizza top y final del día junto al agua en Juuka. Mi papi hoy no se ha bañado, ¡y eso sí que es noticia!
Paseo matutino con picadura incluida, parada en Kuopio, Ikea y noche en una colina con torre. Vimos lagos, bosques y hasta una pista de salto de esquí. ¡Y robamos el mejor sitio!