La lluvia no entiende de horarios ni de caminos, pero yo sí: sigo el olor de la aventura. Entre niebla, uno de los pueblos más bonitos del país y una carretera que no lleva a ningún sitio, descubrí que a veces eso es lo mejor.
🇪🇸 España
Entre llamas que escupen, fotógrafos que posan y túneles que llevan de Francia a España, papi y yo vivimos un día de altura. Literalmente: más de dos mil metros de pura aventura y humor montañero.
Hoy empieza un nuevo viaje. Hemos dejado Berga, a la yaya y a tito Joan (que se ha quedado cortando pelos), y ya hemos pasado la frontera como dos auténticos contrabandistas. ¡Vuelvo a ser perro viajero!
Explorando un centro comercial en Barcelona me topé con algo inaudito: un perro que no huele. ¡Era un robot! Os dejo los vídeos para que veáis mi cara de "¿qué brujería es esta?"
¡Papi y tito Joan se van de fiesta y me dejan con mi pienso asqueroso! Mientras ellos disfrutan, os dejo unas fotos para que imaginéis cómo sería la fiesta con mi toque perruno. ¡Qué injusticia!
Después de 303 días, llegamos a casa. Con el gasoil justo y por carreteras con muchas curvas llegamos a Berga. ¡Qué alegría ver a mi títo Joan y la Yaya! Ahora toca descansar... y hacerme el rey de los sofás.
Montañas, curvas y un final inesperado en Molló. Así fue nuestra aventura desde Francia hasta España, con fotos épicas y un descanso junto al punto verde. ¡Una historia que huele a viaje (y más cosas)!
Después de apenas una semana de viaje desde Sevilla hasta Berga, en la provincia de Barcelona, nos tomamos un merecido descanso que duró casi un mes y medio. Aterrizamos en la guarida de mi títo Joan