Vaya día llevo hoy. Por la mañana pensaba que iba a dar un paseo con mi papi y mi tito, pero resultó que tenía que ir a la veterinaria. Siempre me da bastante miedo porque no me gustan las agujas , pero esta vez ha sido peor todavía: la veterinaria echó una aguja en mi patita para sacar sangre, ayayayayay. Y lo peor de todo es que cuando habíamos llegado a casa, tuvimos que volver otra vez a la clínica veterinaria porque la sangre que había sacado antes no estaba buena. Como entenderéis, no me apetecía nada volver a entrar en la clínica. Pero por mucho que me resistía, mi papi siempre es más fuerte que yo y me tiró hacia dentro. Y mi tito, en vez de ayudarme, se reía de mi y grabó mi lucha con mi papi. ¡Son unos crueles!
Unos cabrones es lo que son, Chuly!