Corrige la puntuación de esta historia, escribe los números en texto (también en fechas y número de día) y escribe las horas de forma natural. No cambies nada más y deja una coma después del día de la semana en el título: . Día 24:. Albuñuelas - Cortijo de Haza Llana. Hoy hemos caminado muchos kilómetros, pero no ha sido demasiado difícil. Hemos pasado por algunos pueblos pequeños y hemos terminado en un tipo de hotel o betibrefas (B&B). Había dormido muy bien en nuestra tienda allí al lado del río. Fue un sitio muy tranquilo, solo a medianoche tenía un poco de miedo porque se escuchaba las brujas volando en sus escobas entre las montañas y por los bosques. Me dijo papi que no tenía que temer nada porque eran brujas buenas que estaban allí para proteger a los perritos pequeños. Ir al no ser así también podía ser el viento qué soplaba por los árboles. En cuanto hubo luz papi recogió la tienda. A mí no me habría importado dormir un poquito más, ya sabéis. Después de menos de una hora caminando ya pudimos ver el primer pueblo: Albuñuelas. Para llegar a pueblo tuvimos que bajar por un cañón muy bonito y muy verde. Papi desayunó en un bar y en el pueblo también hizo unas compras, pero se olvidó de comprar comida para pusis. Los siguientes pueblos estaban bastante cerca, es casi una cadena de pequeños pueblos conectados por jardines, naranjales y huertos. En el pueblo Murchas nos desviamos de la ruta GR-7. El sendero va al pueblo Nigüelas, pero como ya habíamos estado allí hace un par de meses, fuimos directamente en dirección Lanjarón. Queríamos comer algo en un bar en el pueblo Talará pero no se permitían perros, ni en la terraza exterior, ¡qué ridículo! En otro bar muy cerca sí era bienvenido y aproveché el rato para echarme una siesta en la mochila de papi. La parte final del día fue una subida de una hora y media, hasta llegar a nuestro alojamiento que está en mitad de la nada. Somos los únicos huéspedes pero la gente que trabajan en el betibrefas sí están. Es gente joven, no del estilo que esperarías en un sitio como este pero todos muy majos. Tienen hasta una cama para huéspedes perrunos. Y además son buenos cocineros: papi cenó en la casa y se lo comió todo. Yo, para decirte la verdad, no tenía fuerza ni para levantarme de la canasta que estaba al lado de la chimenea.