Corrige la puntuación de esta historia, escribe los números en texto (también en fechas y número de día) y escribe las horas de forma natural. No cambies nada más y deja una coma después del día de la semana en el título: . Día 8:. Montejaque - Ronda - Arriate. Hoy no hemos caminado demasiado, dice Edu, solo 22 kilómetros. Pero ha sido un día muy completo y por dios qué sueño me entró a mediodía. Creo que debo beber café y Coca Cola como mi papi. Mira como fue el día. Creo que nos levantamos demasiado temprano, a las siete y media. Será porque papi necesitaba tiempo para comer ese desayuno enorme que ponen en el hotelito. Madre mía como puede comer tanto cuando acaba de levantarse. En fin, una hora más tarde fuimos de camino y yo todavía sin desayunar. Después de salir del pueblo subimos por un camino en forma de zig-zag hasta llegar a una ermita. Luego era un paseo bastante agradable. Y mira qué encontramos en medio del camino. Creo que fue una cabra pero ya estaba muy muerto. Ya desde muy lejos podíamos ver Ronda que está realmente cerca, pero aún teníamos que bajar al valle y subir al otro lado. Las vistas eran espectaculares y también la subida a Ronda era muy bonita por un tipo de bosque de pinos. Ronda es una ciudad muy bonita y agradable. Hay de todo pero es mucho más tranquila que Sevilla. Papi compró unas botas nuevas porque las viejas están a punto de explotar, y también cambió una botella que se había roto. Luego me entró este cansancio tan enorme. Mientras Edu estaba comiendo hamburguesas yo me eché un rato al sol en el suelo, y me daba exactamente igual que estaba en plena calle Sierpes o Tetuán o no sé como se llama. También vimos unas cosas en la parte histórica de Ronda como el Puente Nuevo (no entiendo por qué lo llaman nuevo porque yo lo veo más bien viejo). Allí hay vistas muy bonitas, esto sí me gustaba, aunque me da un poco de miedo porque parece que todo el pueblo está a punto de caerse al abismo. En un parque papi propuso dormir una siestita pero precisamente entonces yo ya no tenía sueño y prefería jugar con mi pelota. El paseo a Arriate tampoco nos costó demasiado tiempo pero la segunda mitad era casi toda por la carretera y había muchos coches y muchos perros tontos ladrando detrás de las vallas de las casas. Pasado el pueblo nos quedamos en un hotelito muy bonito donde perros son bienvenidos porque la dueña es holandesa. Edu incluso se bañó unos segundos en la piscina pero dice que el agua estaba helada y por supuesto yo me quedé a una distancia segura, o sea lejos del agua. Y después de la puesta del sol me metí en la cama en la habitación. Por fin, ¡a dormir!