Día 7: (TTS)
Corrige la puntuación de esta historia, escribe los números en texto (también en fechas y número de día) y escribe las horas de forma natural. No cambies nada más y deja una coma después del día de la semana en el título: . Día 7:. Montejaque. ¡Menuda sorpresa la que me he llevado hoy, amigos! Os cuento porque todavía estoy emocionado. La mañana empezó diferente a lo habitual: desayunamos como siempre, pero en vez de cargar la mochila gigante y salir a caminar, nos fuimos a pasear tranquilamente por el pueblo **sin peso ni nada**. Yo ya sospechaba que algo tramaba mi papi, pero nunca imaginé lo que venía. Estábamos paseando tan tranquilos, oliendo esquinas y recibiendo caricias de la gente del pueblo, cuando de repente apareció un coche que conozco muy bien. **¡El coche de mi tita María!** Dentro estaban mi papi Carlos, mi tito Juanjo y, claro, mi tita María. ¡Habían venido a verme! Salté de alegría, moviendo la cola tan rápido que casi despego. No sabía a quién dar besitos primero, así que los repartí como pude. Con ellos nos metimos en el corazón del pueblo, donde hay una plaza preciosa con el ayuntamiento, una iglesia y muchos bares con terrazas. Ahí la familia pidió algo para comer y, como soy adorable y muy persuasivo, también logré probar un poquito de todo. ¡Qué rico estaba todo! Entre bocado y bocado intenté echarme una mini-siesta al sol en el suelo, porque todavía estaba cansado de la caminata épica de ayer. Después de reponer fuerzas, nos fuimos juntos a un mirador espectacular desde donde se ve todo el pueblo rodeado de montañas. ¡Vaya vistas! Había cabras subiendo por las laderas y hasta vimos unos buitres planeando sobre las montañas. Me quedé un rato mirando y pensando: "¿Y si yo tuviera alas? Sería el primer perro volador, ¡Chuly el Superbeagle!". Por la tarde, después del café, llegó el momento triste: la familia tenía que volver a Sevilla. Yo, sinceramente, **también quería irme con ellos.** Echo de menos mi casa, mis camas y mis juguetes. Pero al final decidí quedarme con mi papi Edu, porque sé que todavía nos quedan muchas aventuras por vivir en esta travesía. Ahora toca descansar de tanta emoción, porque mañana volvemos al sendero. Eso sí, espero que la caminata sea leve, ¡que tampoco soy un robot! Buenas noches, aventureros, y recordad: cada día puede traer una sorpresa tan bonita como la de hoy. 🐾💛