Corrige la puntuación de esta historia, escribe los números en texto (también en fechas y número de día) y escribe las horas de forma natural. No cambies nada más y deja una coma después del día de la semana en el título: . . Miedo al veterinario. Cada vez que voy al veterinario, se me pone el cuerpo como una gelatina con patas. Tiemblo de arriba a abajo, las orejas me vibran como antenas y hasta la pilila se une al tembleque. ¿Lo peor? La espera. No hago más que clavar la mirada en la puerta, soñando con salir corriendo. ¡Menudo estrés, amigos! ¿A alguien más le pasa?