Ömürlü - Kayseri

Hoy hemos pasado casi todo el día en Kayseri. Un poco de acción, algo de moda (gafas de sol nuevas, ¡vamos!), y una dosis de relax y naturaleza en el parque.

Esta mañana, mientras intentaba seguir durmiendo como un tronco, papi Edu estaba ocupado persiguiendo sueños cinematográficos con su drone (que en realidad es un palo con una cámara pegada, ¡pero no lo digáis!). ¡Parecía un loco corriendo alrededor de la cámper en la orilla del lago de sal! Drone o no drone, lo importante es capturar esos momentos épicos.

Después de despertarnos de esa escena de película nos embarcamos en un viaje relámpago en coche que duró menos que un hueso en mis patas. Nuestro destino: la bulliciosa ciudad de Kayseri. Papi Edu tenía una misión secreta: deshacerse de una bolsa de ropa sospechosa en una lavandería. ¡Por fin, mi nariz olfateadora podrá respirar sin el peso de la ropa sucia!

Mientras esperábamos la ropa nos aventuramos por el centro de Kayseri. Papi Edu se acordó de que hace unos días sus gafas de sol antiguas se habían escapado por la ventana del coche. Una fuga de estilo en toda regla. Así que, armados con humor y determinación, nos convertimos en detectives de las gafas de sol y cazadores de ofertas. ¡Y voilà, unas gafas nuevas para lucir con orgullo!

A la hora del almuerzo nos encontramos cerca de un parque y tuvimos un picnic de lo más canino. O sea, mientras mi papi disfrutó de un delicioso sándwich, a mi me puso otro cuenco de este pienso asqueroso.

Luego, después de recoger nuestra ropa recién lavada (¡sin manchas de barro, por fin!) nos dirigimos a un aparcamiento gigantesco que estaba tan vacío como la despensa de un perro travieso. Parecía que teníamos todo el lugar para nosotros solos. ¡Perfecto para una noche tranquila bajo las estrellas!