Después de la paliza en coche de ayer pensaba que tenía derecho a un día de descanso, pero nada de esto.
Nos despertamos a las cinco de la mañana porque los tíos de la obra de al lado comenzaron a pasar con su maquinaria pesada y ruidosa. Pero aún así podíamos seguir durmiendo un poco. Cuando salí de la cámper vi que el sitio donde habíamos dormido tiene una bonita vista al lago, aunque estábamos debajo de un viaducto.
En coche fuimos a un valle precioso, el Lütschental y el Grindelwald. Allí hicimos un senderito corto que pasaba por una antigua cantera de mármol.
Luego fuimos en coche a otro valle con los pueblos Lauterbrunnen y Stechelberg. En Stechelberg cogimos un teleférico hasta Gimmelwald. Fue un viajecito de solo un par de minutos pero muy bonito y desde Gimmelwald pudimos subir a pie hasta el pueblo Mürren. Es un pueblo bonito, tiene bonitas vistas y curiosamente no hay coches. Lo que sí había eran turistas, y muchos.
Después de ver el pueblo hicimos el viaje al revés: andando hasta Gimmelwald y en teleférico a Stechelberg.
Desde allí fueron menos de 30 kilómetros en coche hasta el sitio donde vamos a dormir, pero tardamos casi una hora porque había una caravana tremenda.
Y dónde vamos a dormir esta noche? En el mismo sitio que ayer. Bueno, unos 50 metros más hacia delante. Ah, mi papi fue muy valiente porque se dió un chapuzón en el lago, aunque el agua estaba helada. Pensaba que me iba a meter a mí también porque llevaba un buenísimo perfume de esta mañana, pero me escapé.
Reactie toevoegen