Lernadzor - Hartashen

Al final hemos podido hacer la excursión que el lunes no fue posible… y mucho más.
Creo que el sitio donde pasamos la noche es uno de los que más nos han gustado. Pasamos una noche fresquita aunque por la mañana comenzó a hacer un poco de calor, entonces era hora par128a ponernos en marcha.
En coche volvimos a Tatev, donde está el monasterio que ya vimos antes y… el teleférico más largo del mundo (está en el libro de récords de Guinness aunque hay que ser un poco más específico). Antes de comprar el billete mi papi le preguntó a la chica en la taquilla si yo también podría ir, y después de consultarlo con unos compañeros nos dijo que sí. Pero tendría que ir en brazos de mi papi. Para mi… sin problema.
Con unas 20 personas más nos metimos en la góndola y atravesamos el valle de Tatev. El fondo del valle estaba a más de 300 metros debajo de nosotros. Pero no me dio vértigo ya que el viaje fue bastante suave y cómodo. Después de 12 minutos llegamos a la estación de Halidzor, 5,7 kilómetros desde el inicio. Dicen que para hacer el mismo viaje en coche se necesita más de 40 minutos. Pasamos media hora en el parque que hay allí, vimos las vistas y los pájaros enormes (buitres y águilas) y volvimos con el teleférico al monasterio de Tatev. Tengo que decir que fue una experiencia muy muy chula.
En Tatev cogimos el coche y bajamos al fondo del valle. Queríamos hacer nuestro pausa de mediodía en el mismo sitio donde habíamos dormido hace dos días, pero allí abajo hacía un calor insoportable y no había nada de sombra. Entonces salimos del valle y subimos hasta el pueblo Shinuhayr, donde encontramos un sitio a la sombra para comer y descansar.
Un par de horas más tarde, con el sol más bajo, comenzamos nuestra segunda excursión del día. Es que en aquella zona hay muchos pueblos abandonados y en coche bajamos para ver el pueblo Old Khot. Bueno… en coche bajamos hasta la mitad del camino que estaba muy, pero muy mal. Dejamos el coche allí y bajamos andando hasta el fondo del valle. Primero encontramos el cementerio del pueblo que también parecía muy abandonado. Vamos… allí solo viven los muertos. Pero fue interesante verlo. Luego encontramos lo que queda de pueblo. Efectivamente estaba abandonado y me puedo imaginar por qué la gente lo abandonaron. El lugar en el fondo del valle es muy bonito, pero muy aislado. Y en el pueblo no hay nada, ni tiendas, ni bares, ni una parada de autobús y ni siquiera un parque perruno. Pero hoy en día mola mucho rastrear entre las ruinas de las casas.
Cuando el sol ya había desaparecido detrás de la montaña volvimos al coche. Salimos del valle y por la carretera principal pasamos por la ciudad de Goris, y poco tiempo después encontramos el sitio donde vamos a dormir. Estamos detrás de un monumento soviético, casi en un campo de trigo. El lugar es muy, muy agradable. Hay vistas muy bonitas, pero estas ya son para mañana porque ya se hace de noche y estoy reventado.