Serrato - Ardales

Bueno al final no he dormido todo mal allí debajo del olivo. Cuando nos despertamos ya era de día. Y el día de hoy ha sido muy bonito así que soy un perrito feliz y contento.
Después de meter todo en la mochila comenzamos a caminar, media hora o algo así. Encima de una colina encontramos un sitio perfecto para desayunar. Papi se preparó un café y alubias en salsa de tomate y yo, al final, me comí el pienso que ayer no me apetecía (esto sí, ahora con un poco de pindakaas y salsa de tomate). El sitio era tan bonito y agradable, con unas vistas increíbles, que nos quedamos allí más de una hora. Y luego la caminata fue muy guay también, entre trigales, olivares y pinares.
Sobre el camino me hice dos amigas también. Eran dos beagles que salieron ladrando de una granja. Al principio pensaba que eran de estas tont@s como... bueno... ya sabes, pero eran muy simpáticas y después de que Edu les dió un poco de pan y la lata vacía de alubias decidieron caminar un poco con nosotros. O mejor dicho, un buen rato porque creo que estábamos ya a dos o tres kilómetros de su granja cuando al final se despidieron de nosotros. Me preocupo un poco porque eran tan jóvenes, cachorritas todavía, que no sé si habrán vuelto a su casa sanas y salvas.
Muy poco más tarde ya entramos en el pueblo Ardales. También es un pueblo muy bonito, el hotelito maravilloso y todo muy cómodo. Ahora voy a dormir un poco porque luego vamos a conocer mejor el pueblo, y hacer comprás. Espero que haya de esas tarrinas con paté para pusis, ummmm.