Hoy estamos en un camping, y aquí estoy muy a gusto.
Para llegar aquí solo tuvimos que desplazarnos unos 20 minutos desde el sitio de pernocta en el acantilado. No tenemos la costumbre de pernoctar en sitios de pago, pero hoy ha sido con razón. Es que hace ya casi cuatro semanas que mi papi lavó su ropa (la última vez fue en Belgrado). Y en este camping hay una lavadora. Entonces, después de negociar el precio del alojamiento e instalarnos muy cerca de la playa, mi papi puso manos a la obra. Tres lavadoras tuvo que poner! Con la ropa tendido al lado de la cámper parecemos gitanos, ¿verdad? Como hay mucho viento, la ropa se secaba enseguida. Y mientras tanto, yo descansaba y jugaba con la pelota.
Por la tarde fuimos un rato a la playa, que es como una playa privada del camping. No esta nada mal, ¿ eh?
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